El jugador de Los Angeles Lakers estará fuera de juego entre tres y cuatro semanas tras ser diagnosticado con ciática en el lado derecho. A sus 40 años, la lesión representa un nuevo reto físico en la extensa carrera de una de las figuras más influyentes del baloncesto moderno.
Desde hace semanas circulaban rumores de molestias físicas. Ahora se confirma: LeBron James estará fuera al menos 3 a 4 semanas debido a una ciática en su lado derecho, según informes recientes. Esa lesión llega en un momento crítico para los Lakers, justo al inicio de la temporada 2025-26, y plantea desafíos deportivos, de gestión de plantilla y de estrategia para el veterano jugador.
Contexto de la lesión
La noticia oficial viene acompañada de un término médico que suena familiar pero puede ser engañoso: ciática. En este caso, los informes hablan de irritación nerviosa en el glúteo derecho y nervio ciático comprometido, lo que causa dolor, hormigueo o debilidad cuesta abajo (pierna, zona lumbar). Según el entrenador de los Lakers, J.J. Redick, la recuperación será gradual, con tiempo estimado de descanso para permitir que la inflamación ceda y evitar agravar la lesión.
Para LeBron, de 40 años, no es una lesión menor. Su cuerpo ha cargado más kilometraje que cualquier otro jugador en la historia de la NBA: partidos, viajes, temporadas prolongadas, cambios de intensidad. Por eso, cualquier molestia se magnifica en esta etapa de su carrera. En declaraciones previas, al abrir el campamento de entrenamiento, el mismo cuerpo técnico señaló que éste sería un proceso más lento de lo habitual para él.
Implicaciones deportivas para los Lakers
Que el mejor jugador franquicia quede al margen al inicio tiene efectos inmediatos. Primero, los Lakers probablemente perderán toda la pretemporada. Según reportes, LeBron está “expected to miss all of preseason” mientras se recupera y calcula su entrada escalonada. Esa ausencia implica que no tendrá ritmo de juego ni preparación competitiva previa al arranque oficial.
Segundo, el equipo debe redefinir su plan ofensivo sin su eje: sus minutos iban a ser claves para distribuir juego, anotar en momentos decisivos y estabilizar al equipo en tramos críticos. Sin él, otros jugadores deberán asumir roles ampliados, con más carga de responsabilidad defensiva y ofensiva.
Tercero, el calendario de la NBA no es generoso con los equipos que comienzan con ausencias: partidos seguidos, competencia de alta intensidad y pocas ventanas para ajustes. LeBron saldrá a una cancha donde muchos equipos ya habrán jugado partidos oficiales, tendrán dinámicas ensambladas y ritmo competitivo.

LeBron no es ajeno a recuperaciones complicadas. A lo largo de su carrera ha lidiado con lesiones musculares, esguinces, molestias menores y ajustes físicos múltiples. Su longevidad es en sí una hazaña: entrar en una vigésimo tercera temporada ya es récord en la NBA. Esa historia de adaptación le da credibilidad: ha superado expectativas más de una vez.
Pero una lesión nerviosa es distinta. No solo hay dolor, sino riesgo de daño persistente si no se trata con cautela. La estrategia médica debe ser equilibrada entre la urgencia de su regreso y la preservación de su salud a largo plazo.
Escenarios posibles
El escenario más optimista es que LeBron vuelva cerca del final de esas 3-4 semanas estimadas y pueda participar desde la segunda o tercera semana de liga como refuerzo de rotación, sin forzar minutos elevados en los partidos iniciales.
Otro escenario es que la recuperación sea más lenta. La ciática puede agravarse si se reincide antes de tiempo, lo que podría extender su ausencia a 5-6 semanas u obligarlo a perder más partidos de los previstos. Eso pondría a los Lakers ante una crisis de desempeño.
También podría decidir que, dadas las circunstancias, no juegue los primeros partidos y economice desgaste para fases de más alta exigencia. En ese caso, su regreso sería estratégico, no inmediato.
Impacto simbólico y en el legado
LeBron llegó a los Lakers con la promesa de conducirlos a campeonatos, de elevar a sus compañeros y de prolongar su propia leyenda. Iniciar la temporada lesionado pone a prueba no solo su cuerpo, sino su liderazgo. ¿Cómo influirán su presencia ausente en la moral del equipo, en la unidad del vestuario y en la expectativa de los fanáticos?
Además, con cada temporada que pasa su margen de error disminuye. Cada dolencia importa más. El retorno exitoso de esta lesión podría reafirmar su grandeza, mientras que una recaída o manejo apresurado podría dañar su figura deportiva.
