Fendi, Dior, Gucci, Balenciaga, Loewe, Versace, Celine y más atraviesan una de las mayores olas de cambio creativo de la última década. Los nombramientos de 2025 no solo redefinen las casas de lujo, sino el lenguaje global de la moda.
Por Ramé Cabrera
La industria de la moda vive ciclos de transformación constantes, pero 2025 ha sido particularmente dinámico. En menos de seis meses, las principales casas del lujo mundial han reestructurado sus direcciones creativas, provocando un efecto dominó que reconfigura alianzas, estilos y estrategias.
El movimiento es tan amplio que ningún grupo ha quedado ajeno: LVMH, Kering, OTB, Richemont y Capri Holdings han apostado por nuevos nombres, combinando figuras consolidadas con talentos emergentes que buscan renovar el lenguaje visual de marcas históricas.
Este fenómeno no responde solo a la rotación natural del sector. Es también la consecuencia de un mercado saturado de imágenes, donde las firmas luchan por mantenerse relevantes en medio de audiencias fragmentadas, nuevas narrativas culturales y un consumidor más consciente.
Fendi
El anuncio de Maria Grazia Chiuri como nueva directora creativa de Fendi marcó uno de los momentos más simbólicos del año. Tras su salida de Dior, la diseñadora italiana regresa a la casa romana donde comenzó su carrera, cerrando un círculo profesional y personal.
Chiuri asume el liderazgo creativo tras la etapa de Kim Jones, quien dejó el cargo en marzo. Su llegada representa un regreso a la sensibilidad italiana, a la feminidad artesanal y a la elegancia técnica que caracterizó a Fendi en sus mejores años.
La diseñadora debutará en febrero de 2026, y se espera que su trabajo combine el legado artesanal de la maison con una visión más íntima y responsable.
Para LVMH, este movimiento fortalece el vínculo entre sus dos casas insignia femeninas. Chiuri, que durante ocho años lideró la narrativa de Dior, consolidó un discurso de empoderamiento femenino y artesanía global. En Fendi, su reto será trasladar esa coherencia a una marca con raíces más familiares y una herencia centrada en la piel y la innovación textil.

Dior
El sucesor de Chiuri en Dior es Jonathan Anderson, el diseñador británico que se ha convertido en una de las voces más respetadas de la moda contemporánea. Anderson, hasta ahora al frente de Loewe, fue nombrado director creativo único de Dior, supervisando las líneas femenina, masculina y de alta costura.
La decisión concentra por primera vez en dos décadas la dirección completa de la casa bajo una sola visión. Anderson aporta un lenguaje moderno, intelectual y sensorial, capaz de reinterpretar los códigos históricos del lujo francés.
Conocido por su capacidad de unir arte, artesanía y cultura pop sin perder sofisticación, su llegada a Dior busca rejuvenecer la identidad de la marca y consolidarla frente a audiencias más jóvenes. En el contexto actual, su estilo de narración estética puede equilibrar lo clásico con lo experimental.
Balenciaga
En mayo, Balenciaga anunció que Pierpaolo Piccioli, exdirector creativo de Valentino, asumiría la dirección creativa tras la salida de Demna, quien se trasladó a Gucci. La noticia sacudió la industria.
Piccioli representa una visión opuesta a la que había definido a Balenciaga en los últimos años. Mientras Demna se centró en la provocación y la deconstrucción, Piccioli simboliza la poesía, el color y la emoción. Su llegada marca un viraje hacia una nueva elegancia emocional, más cercana a la alta costura y menos al espectáculo digital.
Balenciaga, propiedad de Kering, busca así recuperar una narrativa más refinada y accesible sin perder relevancia. El debut de Piccioli está previsto para marzo de 2026 y promete ser uno de los desfiles más observados de la próxima temporada.
Gucci
El traslado de Demna a Gucci fue uno de los movimientos más comentados. Tras casi una década en Balenciaga, el diseñador georgiano se une a la casa florentina para reemplazar a Sabato De Sarno. Su llegada apunta a revitalizar la identidad de Gucci desde la experimentación, con un tono más conceptual y menos comercial.
Demna ha sido una figura polarizadora, pero su capacidad de conectar con la estética digital y con el discurso de la nueva generación sigue siendo una ventaja estratégica. Para Kering, apostar por él significa reforzar el carácter disruptivo de Gucci sin perder la estructura de lujo global.
El cambio también busca devolver a la marca el dinamismo creativo que la definió durante la era de Alessandro Michele, pero con una mirada más sobria y centrada en el lenguaje contemporáneo.

Loewe
Con Anderson mudándose a Dior, Loewe necesitaba un relevo de peso. El grupo LVMH eligió a Jack McCollough y Lazaro Hernandez, fundadores de Proenza Schouler, como nuevos directores creativos de la casa española.
El dúo neoyorquino es reconocido por su dominio técnico, su aproximación arquitectónica a la silueta y su visión moderna de la mujer urbana. Su nombramiento simboliza un intercambio entre Europa y América: Loewe gana frescura y una mirada pragmática; Proenza, en cambio, deja atrás su independencia para integrarse a una estructura global.
Su desafío será mantener el equilibrio entre el ADN artesanal español y la sofisticación contemporánea que Anderson consolidó en la última década.
Versace
En marzo, Donatella Versace anunció que dejaría su rol como directora creativa de Versace, cargo que ocupó por más de veinticinco años. Su relevo, Dario Vitale, exdirector de diseño de Miu Miu, fue recibido como una apuesta por la juventud y la renovación.
Vitale representa una generación que entiende la sensualidad italiana desde un lenguaje más sutil y estructurado. Su visión se orienta al equilibrio entre glamour y funcionalidad, buscando modernizar la imagen de la maison sin perder su ADN hedonista.
Donatella permanece como embajadora global de la marca, asegurando la continuidad de su espíritu. Para Capri Holdings, el grupo propietario, este relevo busca proyectar a Versace hacia una etapa más consciente y adaptable al ritmo del mercado actual.
Celine
En Celine, Michael Rider asumió la dirección creativa tras la salida de Hedi Slimane a finales de 2024. Rider, que trabajó en firmas como Burberry y The Row, propone un enfoque más sereno y estructurado, con énfasis en la sastrería y la modernidad discreta.
Su nombramiento simboliza una transición hacia la sofisticación silenciosa que domina el lujo actual: prendas precisas, materiales de excelencia y comunicación más sobria. Rider debutó en la Semana de la Moda de París en julio y recibió críticas favorables por su equilibrio entre legado y actualidad.
Marni
La diseñadora belga Meryll Rogge fue nombrada directora creativa de Marni, sustituyendo a Francesco Risso tras casi una década al frente. Rogge, conocida por su mezcla de deconstrucción y color, aporta a la casa italiana una visión lúdica pero sofisticada.
Su reto será consolidar la relevancia global de Marni sin diluir su espíritu experimental. Su llegada coincide con un proceso de expansión del grupo OTB, que busca fortalecer la identidad de sus firmas en mercados emergentes.
Givenchy
Tras su salida de Alexander McQueen, Sarah Burton asumió la dirección creativa de Givenchy a finales de 2024, debutando oficialmente en 2025. Su elección fue recibida con entusiasmo, al ser una de las diseñadoras más respetadas de su generación.
Burton aporta una sensibilidad romántica y técnica impecable, características que pueden reavivar el legado de Hubert de Givenchy. Su enfoque combina teatralidad controlada y perfección de confección, dos elementos que la maison había perdido en los últimos años.
Este nombramiento también refuerza el liderazgo femenino dentro del grupo LVMH, sumándose a Chiuri y a Virginie Viard, que hasta hace poco dirigía Chanel.
Jil Sander
Simone Bellotti, exmiembro del equipo de diseño de Gucci, fue nombrado director creativo de Jil Sander en marzo de 2025, sucediendo a Lucie y Luke Meier. Su nombramiento asegura continuidad dentro del grupo OTB, propietario de la firma.
Bellotti trae una visión minimalista más emocional, con guiños a la estética de los noventa y un foco en la estructura pura. Su llegada consolida a Jil Sander como una marca que busca reafirmar su lugar en el lujo silencioso: discreto, refinado y técnico.
Christian Louboutin
Uno de los nombramientos más inesperados del año fue el de Jaden Smith como director creativo de la división masculina de Christian Louboutin. El actor y músico estadounidense, conocido por su enfoque experimental y su relación con la moda de género fluido, supervisará las líneas de calzado, marroquinería y accesorios.
El movimiento refleja la intención de la firma de acercarse a un público joven, diverso y conectado con la cultura digital. Smith no proviene del diseño tradicional, pero su mirada multidisciplinaria y su influencia cultural encajan en la estrategia de renovación de la maison.
Chanel
Aunque el nombramiento ocurrió a finales de 2024, el impacto se ha sentido plenamente en 2025. Matthieu Blazy, exdirector de Bottega Veneta, asumió la dirección creativa de Chanel, marcando el fin de la era Virginie Viard.
Blazy ha reintroducido una energía más estructurada y contemporánea, recuperando el espíritu arquitectónico de la casa y modernizando el concepto de feminidad clásica. Su visión refuerza el vínculo entre herencia y vanguardia, dos pilares que definirán el futuro inmediato de la firma.
El mapa creativo de 2025 confirma que la moda ya no se define por un único epicentro. Europa conserva el peso histórico, pero las influencias cruzan continentes. Los nuevos directores creativos traen consigo una sensibilidad más global, diversa y multidisciplinaria.
La moda contemporánea ya no busca íconos individuales, sino equipos capaces de construir significado. Y este año lo deja claro: las firmas más poderosas del mundo están apostando por una renovación integral que redefine no solo cómo se viste el lujo, sino cómo se cuenta.